
Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles, como signo de la caducidad de la condición humana. Mientras lo hace repite las palabras “Recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir”. La ceniza representa la destrucción de los errores del año anterior al ser éstos quemados.
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